jueves, 7 de enero de 2010

EL CORÁN Y LA CIENCIA MODERNA (7,FIN)


CORÁN Y BIBLIA

Hemos llegado al último tema; es la confrontación, con el conocimiento moderno, de pasajes en el Corán que también se atribuyen a la Biblia.

Ya hemos dado un vistazo al problema cuando hablamos de la creación. Antes puse de relieve la perfecta concordancia entre el conocimiento moderno y los versos en el Corán, y resaltaba que la narración bíblica contenía declaraciones que científicamente son inaceptables. Es sorprendentemente difícil cuando sabemos que la narración de la Creación contenida en la Biblia fue el trabajo de clérigos que vivían en el siglo sexto A. C., de aquí el término narración "sacerdotal". Principalmente parece haber sido concebido como el tema de un sermón diseñado para exhortar a la gente a observar el sabbath. La narración fue construida con un fin definido al parecer, como el padre de Vaux (antiguo director de la Escuela Bíblica de Jerusalén) ha notado, éste fin fue esencialmente de carácter legalista.

La Biblia también contiene una narración mucho más corta y más vieja acerca de la Creación, la versión llamada "Yahvísta", que aborda el tema desde un ángulo totalmente diferente.

Ambos son tomados del Génesis, el Primer libro del Pentateuco o Tóra: Moisés se supone es el autor, pero el texto que tenemos ahora, como sabemos, ha sufrido muchos cambios.

La narración sacerdotal del Génesis es famosa por sus genealogías caprichosas, que van hasta Adán, y que nadie toma en serio. Sin embargo, autores del Evangelio tales como Mateo y Lucas las han reproducido, más o menos al pie de la letra, en sus genealogías con Jesús. Mateo retrocede tan solo a Abraham, y Lucas hasta Adán. Todos estos escritos, científicamente son inaceptables, porque colocan al hombre en una época y tiempo del mundo en que apareció imaginariamente sobre la tierra, que definitivamente está muy lejos de lo que hoy con certeza se ha establecido. El Corán, por el otro lado, está exento de datos de este tipo.

Anteriormente, también hicimos notar perfectamente como el Corán esta correcto con las ideas modernas, en general, sobre la formación del universo, considerando que las narraciones bíblicas están en contradicción a ellas; la alegoría de las aguas primordiales es difícilmente sustentable, ni es la creación de la luz en el primer día, antes de la creación de las estrellas que contienen esta luz; ni la existencia de una noche y un día antes de la creación de la tierra; ni la creación de la tierra en el tercer día antes que el sol en el cuarto día; la aparición de bestias en la tierra al sexto día después de la aparición de aves en el cielo en el quinto día, aunque lo anterior vino primero: todas estas declaraciones son el resultado de creencias prevalentes de la época en que fue escrito y no tiene otro significado.

En cuanto a las genealogías halladas en la Biblia, las cuales forman la base del calendario judío y afirman que el mundo tiene 5,738 años, es inadmisible. Nuestro sistema solar puede que tenga 412 billones de años, y la aparición del hombre sobre la tierra, como sabemos actualmente, puede ser estimada en decenas de miles de años, si no es que más.

Es absolutamente esencial, por lo tanto, notar que el Corán no contiene ninguna indicación con respecto a fechas, y que son característicos de la Biblia.

Hay un segundo tema altamente significativo para comparar la Biblia y el Corán: esto es el Diluvio. Es un hecho, la narración bíblica es una fusión de dos descripciones en que los eventos se relatan diferentes. La Biblia habla de un diluvio universal y lo pone con dificultad 300 años antes de Abraham. De acuerdo a lo que conocemos de Abraham, esto implicaría un cataclismo universal alrededor del siglo veintiuno o veintidós A. C. Esto sería impensable, en vista de los datos históricos.

¿Cómo podemos aceptar la idea que, en el siglo veintiuno o veintidós A.C., toda la civilización fue arrasada de la faz de la tierra por un cataclismo universal, cuando sabemos que este periodo corresponde, por ejemplo, al del Antiguo Imperio Egipcio, que probablemente es la fecha del primer periodo intermedio antes de la dinastía decimoprimera?

Ninguna de las declaraciones precedentes es aceptable de acuerdo al conocimiento moderno.

Desde este punto de vista, podemos medir el enorme vacío que separa a la Biblia del Corán.

En contraste con la Biblia, la narración contenida en el Corán trata con un cataclismo que se limita solamente a las gentes de Noé. Ellos fueron castigados por sus pecados, al igual que otras gentes impías. El Corán no localiza el cataclismo en una época específica. No hay absolutamente objeciones históricas o arqueológicas en la narración coránica.

Un tercer punto de comparación, que es extremadamente importante, es la historia de Moisés, y especialmente, el éxodo desde Egipto por los hebreos esclavizados de faraón. Aquí solamente puedo dar un breve resumen del estudio de este tema que aparece en mi libro. He notado los puntos donde las narraciones bíblicas y coránicas concuerdan y desacuerdan, y, para algunos detalles, hallé puntos donde los dos textos se complementan uno al otro de manera útil. Entre muchas de las hipótesis que conciernen a la posición ocupada por el Éxodo en la historia de los faraones, he concluido que muy probablemente es la teoría que lleva a Merneptah, el sucesor de Ramses II, como el faraón del Exodo. La confrontación de los datos contenidos en las escrituras con evidencia arqueológicas hablan fuertemente en favor de ésta hipótesis.

Estoy complacido al poder decir que la narración bíblica contribuye con fuerte evidencia que nos llevan a situar a Moisés en la historia de los faraones: Moisés nació durante el reinado de Ramses II. Los datos de la Biblia son por lo tanto de considerable valor histórico en la historia de Moisés.

Los estudios médicos sobre la momia de Merneptah han rendido frutos por la información útil que nos indican las posibles causas de muerte del faraón.

Los hechos que poseemos acerca de la momia del faraón, para ser exactos, fue descubierta en 1898, siendo un importante punto. La Biblia registra que fue sumergido por el mar, pero no nos da ningún detalle en cuanto a que pasó con el cuerpo. El Corán en la Sura Yunus, anota que el cuerpo del faraón, que podría estar dañado, sería salvado de las aguas.

"Este día os hemos salvado en vuestro cuerpo, así que vos seáis un signo para aquellos quienes os siguen"(10:92).

Un examen médico de esta momia, más aún, ha demostrado que el cuerpo no pudo haber estado en el agua por mucho tiempo, porque no muestra signos de deterioro debido a la prolongada inmersión.

Aquí de nuevo, la confrontación de la narración en el Corán con los datos proveídos por el conocimiento moderno: no cabe la menor objeción desde un punto de vista científico.

El antiguo testamento constituye una colección de trabajos literalmente producidos en el transcurso de los escasos nueve siglos y del cual ha sufrido muchas alteraciones. El papel interpretado por el hombre en la actual composición de los textos bíblicos es muy considerable.

La revelación coránica tiene una historia radicalmente distinta. Desde el primer momento que se le dictó al hombre, fue grabándose en el corazón y escrito durante el periodo que vivió Muhammad. Es gracias a esto que el Corán no posee problemas con su autenticidad.

Una examinación totalmente objetiva de ello, a la luz del conocimiento moderno, nos lleva a reconocer el acuerdo entre las dos, que en ocasiones anteriores fue mencionado repetidamente. Esto nos hace pensar lo bastante increíble para un hombre de los tiempos de Muhammad, para haber sido el autor de tales declaraciones, considerando el cúmulo de conocimientos de aquellos días. Tales consideraciones son parte de lo que pone a la revelación coránica en un lugar exclusivo, y forza al científico imparcial a admitir su incapacidad de proveer una explicación que responde solo a su razonamiento materialista.

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