viernes, 26 de febrero de 2010

EL MAWLID

CELEBRACIÓN DEL NACIMIENTO DE MUHAMMAD (s.a.s.)
El término Mawlid es el nombre que recibe la celebración del aniversario de Muhammad (s.a.s.). También se utiliza con el mismo significado la palabra Mawlud que literalmente significa "el Nacido" (en pronunciación vulgar Mulud).
La personalidad de Muhammad (s.a.s.) impresionó fuertemente a sus contemporáneos y todo lo suyo adquirió una enorme importancia y trascendencia. De él fluía una poderosa Báraka que lograba comunicar a todo lo que le rodeaba, ya fueran personas, objetos, lugares, incluso a su "tiempo". Sus compañeros, los Sahâba, especialmente sensibles a su Báraka, velaron por transmitirnos sus gestos más mínimos, sus estancias en determinados lugares -que desde entonces aún mantienen la presencia de su Bendición activa-, los momentos en los que él derramaba a su alrededor la bondad natural de su ser. Para los musulmanes, el recuerdo de su nacimiento (Mawlid) está estrechamente ligado al principio que rige todo lo que es bueno en la existencia, y aunque la Sunna no menciona la necesidad de celebrar ese acontecimiento, es conmemorado por toda la Umma que desea recibir simbólicamente la Báraka del instante en el que nació el Habib (s.a.s.).
La casa en la que vio el día en Makka, en el actual Suq al-Layl, cuya historia se conserva principalmente en las crónicas de la ciudad, no parece haber jugado, al principio, un papel especialmente notable. Fue la madre de Harún ar-Rashid, la reina Jayçurán (S.VIII), quien construyó una mezquita sobre esa modesta habitación. De igual modo que los musulmanes aprovechaban y aprovechan la peregrinación para visitar la tumba del Rasûl (s.a.s.) en Medina, muchos acudían a su lugar de nacimiento en Makka como muestra de reconocimiento hacia el lugar en el que había nacido y con el deseo de recoger la Báraka que proyecta el espacio en el que tuvo lugar el acontecimiento de su Mawlid. Se conservan descripciones de la casa hasta finales del S. XIX, justo antes de que fuera saqueada por los wahhabíes. La mención más antigua que se conserva de celebraciones públicas del Mawlid se encuentra en la obra del historiador Ibn Yubáir. En su época (S. XII), una ceremonia especial, distinta de la observancia privada, era organizada en Makka. Durante ese día -la fecha generalmente admitida para el Mawlid es el doce de Rabí' al-Awwal, él (s.a.s.) habría nacido en lunes- la casa natal de Rasûlullâh (s.a.s.) permanecía excepcionalmente abierta durante todo el día y a ella acudía un gran número de visitantes. Durante la visita (Çiara), se efectuaban dos rak'as, se hacía du'a y dzikr, y también se besaban las paredes como signo de aceptación de la Báraka.
En el Cairo, la participación a gran escala del pueblo y de las tariqas sufies data al menos del S. XIII. En un tiempo relativamente breve, la fiesta se extendió por todo el mundo musulmán y se poseen numerosas descripciones en diferentes países y diversas épocas.
En 1588, el sultán otomano Murad III introdujo la ceremonia del Mawlid en su corte. A partir de 1910, y hasta la dictadura de Ataturk, fue la fiesta nacional del Califato Otomano. Hoy en día, la fiesta oficial dura uno o varios días en los países en los que el Islam predomina. En muchos de estos países la celebración auténtica y popular es remedada por una ceremonia política, a la cual asiste el jefe de gobierno o su representante y se celebra en una de las principales mezquitas de la capital.
En el África occidental, el aniversario del nacimiento de Muhammad se asocia a la idea de rito de iniciación. Para algunas tariqas, especialmente para las ramas de la Tiyanía en Senegal, es la ocasión de la principal reunión anual. El grueso de la literatura hausa, olof, mandinga y peul está constituido por los amdah o qasidas que elogian al Rasul y que son recitadas durante el Mawlid. En Chad, también se celebra con gran pompa, regularidad y cuidado. El centro de estas ceremonias es la recitación del madh, el poema panegírico con carácter casi siempre legendario. Los amdah siguen normalmente una misma secuencia: alabanzas a Allah como introducción, du'a o invocación, descripción de la creación del Nur Muhammad (s.a.s.), y después diversas disgresiones (por ejemplo, sobre los antepasados del Rasûl) antes de pasar al relato concreto de su nacimiento en el que se exalta la figura de Amina; su madre. En el mundo arabófono, la recitación de un madh extenso es también un rasgo común de las celebraciones del Mawlid desde al menos el S. XV. Los poemas regularmente más empleados son la Burda y la Hamçía, ambos de al-Busiri, quizás el autor más prestigioso de amdah. Tanto en el norte de África, Oriente Medio, la India, Asia Oriental, en toda la Umma, se celebra el Mawlid como una fecha que debe ser conmemorada y aprovechada por los musulmanes.
La celebración del Mawlid, en tanto que expresión de veneración hacia Muhammad, es, en la práctica, universalmente admitida en el Islam. No obstante, los wahhabíes la detestan (está formalmente prohibida en Arabia Saudita) y algunos sectores salafis (puristas) la consideran inoportuna y ajena a la Sunna -evidentemente, Rasulullah (s.a.s.) no celebraba su aniversario-. La importancia que le da el común de los musulmanes radica en la trascendencia que reviste para los sufies. Los que se oponen a la celebración del Mawlid la consideran bid'a, es decir, innovación reprensible, y sus objeciones se elevan precisamente contra los aspectos que revelan una influencia del sufismo (como la recitación de poemas alegóricos, las danzas, los fenómenos de éxtasis... ). Un interesante documento referente a esta polémica es una especie de fatua publicada por Suyuti, el gran 'Alim egipcio del S. XVI: tras un breve estudio de la historia de la fiesta discute sus pros y sus contras en detalle y concluye que debe ser aprobada como bid'a hásana (innovación acertada).
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martes, 23 de febrero de 2010

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sábado, 20 de febrero de 2010

Jutba 2

Allhamdullillah, Allhamdullillah, Allhamdullillah, wahda hu, wa ssalatu wa ssalamu ala rasul i llah, salla llahu alaihi wa ssalam wa ala alihi wa sahbihi wa salim taslima wabaad:
El Islam les exige a las musulmanas y musulmanes que examinen todos los asuntos de la vida y relación con los seres humanos de forma detenida antes de hacerse una opinión. Allah (s.w.t) dice en el Corán: "Oh creyentes, si un hombre malvado viene a vosotros con alguna noticia, aseguraros de su certeza, no vaya a ser que dañéis a la gente de forma innecesaria y después os tengáis que arrepentir de lo que habéis hecho" (Cor. 46:6).
El Corán insiste en este concepto de justicia que no está limitado por la raza, ni el color ni la nacionalidad. Allah (s.w.t) dice: "Cuando juzgues entre la gente, juzga con justicia: ¡Ciertamente, cuan excelentes son las enseñanzas que Allah te ha dado!" (cor. 4: 58).
El Islam establece de forma clara que la humanidad no es sino una gran familia. El origen de toda ella es uno, y todos fueron creados de una sola alma. Allah (s.w.t) dice en el Corán: "Oh humanidad, reverenciad a vuestro Señor Protector, que os creó de una sola Persona, creando de ella su pareja, y de ellos infinitud de hombres y mujeres" (Cor. 4:1)
Como todas las gentes forman parte de la familia de Allah (s.w.t), el Islam insiste en la igualdad humana absoluta y respeta a todos los seres humanos. En el Corán, Allah (s.w.t) se dirige a la humanidad en estas palabras: "¡Oh humanidad! Os creamos de una sola pareja de hombre y mujer, y os hicimos naciones u tribus para que os conocieseis unas a otras. Ciertamente el más valioso ante Allah es el más recto de entre vosotros" (Cor. 49:13).
La variedad humana y la diversidad se ve como parte de las bendiciones y el regalo de Allah (s.w.t). Lo que debe hacer la gente es ir más allá de la mera coexistencia y buscar de forma activa, el entendimiento mutuo. El Profeta Muhammad (s.a.s) enseño que toda la humanidad debe ser considerada como parte de la familia de Allah, y que Allah a quienes más ama son a aquellos que son más beneficiosos para los miembros de Su familia.
El Islam afirma inequívocamente el derecho de cada individuo a la libertad de pensamiento y creencia. Si uno toma el tiempo necesario para leer el Corán y estudiar la vida del Profeta Muhammad, (s.a.s), y de sus compañeros, descubrirá una sociedad basada en el amor, la misericordia, la justicia y la hermandad. También encontraréis que su aceptación del Islam fue resultado de su razonamiento, convicción, satisfacción, y no de la violencia, compulsión o la opresión. El Corán ordena de la siguiente manera: "No hay compulsión en el din, la Verdad se mantiene claramente diferenciada del error. Quien rechaza el mal y cree en Allah se ha sujetado al asidero más seguro, que nunca falla" (Cor. 2:256).
Y también dice el Corán: " Les mostraremos nuestros signos en el Universo y en sus propias almas, hasta que sea claro para ellos que es la verdad…" (cor. 41:52).
Allhamdullillah, Allhamdullillah, Allhamdullillah
Allah dice en el Corán: "Y no discutáis con la gente del Libro sino con la excelencia" (Cor. 29:46).
Incluso cuando se enfrentan a gentes que son hostiles a sus creencias y a ellos mismos, los musulmanes deben tomar el camino de la bondad, la paz, la unidad y responder con paciencia y amabilidad. Allah se dirige a los creyentes de la siguiente manera: "ciertamente, en esto hay en verdad mensajes para los que son sumamente pacientes en la adversidad y profundamente agradecidos (a Allah); o puede hacerles perecer por lo que han hecho, si bien El perdona mucho." (Cor. 42:34)
Las musulmanas y musulmanes, deben abrir sus ojos, y mirarse los uno a los otros a través de lentes que les muestren las cosas desde más cerca y no les muestren las cosas como distantes. Algunos sabios del Islam, a partir del Corán y la Sunnah, han dicho que el ser humano tiene nueve puntos vitales, que son: los oídos, los ojos, la boca, los brazos, los pies, el corazón, el intelecto y la imaginación. Allah (s.w.t) nos juzgará a partir de ellos. El control de ellos por parte del intelecto, la limpieza de corazón y el desarrollo de la conciencia en el creyente es, pues, crucial. La paz real solo se puede conseguir si estamos unidos bajo el estandarte de Allah (s.w.t) y Su mensajero (s.a.s), y nos unimos en hermandad y cooperación, para construir un mundo mas justo para la gente del presente y las generaciones futuras.
Que Allah (s.w.t) nos guíe de buena manera, para encontrar la verdad sin prejuicios ni ambiciones terrenales, con el espíritu del amor, la tolerancia y la hermandad. Todas las alabanzas y gracias son para Allah (s.w.t), el Señor de los mundos.
Fuente: Islam al andaluss

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viernes, 19 de febrero de 2010

La miel en Corán


¿Sabe usted que la miel es una importante fuente de alimento, la cual Dios nos ofrece por medio de un pequeño insecto?
La miel está compuesta de azúcares, como glucosa y fructosa, y de minerales, como magnesio, potasio, calcio, cloro azufre, hierro y fosfato. Contiene vitamina B1, B2, C, B5 y B3. Todas las mieles son distintas según la calidad del néctar y el polen. Además, también contiene en pequeñas cantidades cobre, yodo y zinc. También están presentes varios tipos de hormonas.
Como dice Dios en el Corán, la miel "es remedio para los hombres" (Corán16:69). Este hecho fue confirmado por los científicos reunidos durante la Conferencia Mundial de Apicultura realizada en China entre el 20 y 26 de setiembre de 1993. Allí se discutieron los tratamientos con derivados de la miel. En particular, los científicos norteamericanos dijeron que la miel, la jalea real, el polen y el propóleos (resina de abeja) curan muchas enfermedades. Un doctor rumano dijo que usó la miel de abeja en el tratamiento de muchas enfermedades ginecológicas, en las hemorroides, en problemas cutáneos y en otra cantidad de irregularidades.
Actualmente la apicultura y los productos de las abejas han abierto nuevas ramas de investigación en países que realizan estudios avanzados. Vamos a describir otros beneficios de la miel.
Facilita la digestión. Como las moléculas del azúcar de la miel se pueden convertir en otros azúcares (por ejemplo, fructosa y glucosa), la miel es fácilmente digerida hasta por los estómagos más sensibles, a pesar de su alto contenido de ácido. Ayuda a funcionar mejor a los riñones e intestinos.
Posee un bajo nivel calórico. Otra cualidad de la miel es que, comparada con la misma cantidad de azúcar (de remolacha o caña), da al cuerpo 40 % menos de calorías. Aunque brinda mucha energía a la persona, no la hace aumentar de peso.
Se difunde rápidamente a través de la sangre. Acompañada de agua templada, la miel se difunde en la corriente sanguínea en siete minutos. Sus moléculas de azúcar libres hacen que el cerebro funcione mejor, puesto que es un gran consumidor de azúcar.
Ayuda a la producción de sangre. La miel provee una parte importante de la energía que necesita el cuerpo para producir sangre. Además, ayuda a depurarla. Tiene algunos efectos positivos en la regulación y facilitación de la circulación sanguínea. También funciona como protectora frente a los problemas capilares y a la arteriosclerosis.
No es propicia para las bacterias. La propiedad bactericida de la miel se llama "efecto inhibidor". Experimentos realizados enseñan que esa propiedad aumenta al doble cuando se la diluye con agua. Es muy interesante tener en cuenta que las abejas recién nacidas en las colonias son alimentadas con miel diluida por las abejas responsables de su supervisión, como si conocieran esta característica de la miel.
Jalea real. La jalea real es una substancia producida por las abejas obreras dentro de las colonias. Las sustancias nutrientes de la jalea son el azúcar, las proteínas, las grasas y muchas vitaminas. Se la usa en problemas causados por deficiencias en los tejidos o en la debilidad corporal.
Es obvio que la producción de miel, en una cantidad mucho mayor a la requerida por las abejas, es algo que opera en beneficio del ser humano. Y también es obvio que las abejas no pueden cumplimentar una tarea tan increíble --la producción de miel y derivados-- por su propia "iniciativa".
Fuente: Islam en Línea
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jueves, 18 de febrero de 2010

A ILahon Maa al lah

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martes, 16 de febrero de 2010

AL-ZAKAT



Siendo como es el zakat uno de los cinco pilares sobre los que gira el núcleo de la religión, el soporte sobre el que se tienden los pasos que comunican a los hombres entre si a fin de diluir las diferencias y de acortar la amplia distancia que existe entre pobres y ricos, ha sido prescrito por todas las religiones y por todas las legislaciones derivadas de la revelación Divina;

Y ha sido visto como un imperativo por todas las convenciones sociales presentes en los grupos humanos; resulta también imprescindible al musulmán conocer y aprender sus disposiciones y sus contornos. Su conocimiento parte de la obediencia debida a su Señor y de la necesidad de cumplir con su deber frente a los demás.
Los impuestos son un derecho público que posee todo estado legal con el fin de ayudar a la buena instalación de sus habitantes, de atender al funcionamiento de los servicios que presta a éstos y de servir a la ejecución de sus proyectos en todos los campos. Es lo más parecido a las convocatorias hechas por el Enviado de Dios, sobre él la Paz, para reunir recursos en los momentos de penuria y carestía. Sin embargo hoy, este tipo de convocatorias y llamamientos han adoptado una naturaleza específica y bien delimitada. Son los impuestos.
En lo que se refiere al zakat, se trata de un derecho particular de los pobres. Los impuestos no pueden , por tanto, suplantar al zakat.
En el zakat encontramos las más profundas dimensiones sociales del islam, su expresión comunitaria solidaria e igualitaria- La intención y la petición a Dios al dar el zakat es que éste sirva positivamente a la comunidad, sin que exintan otros motivos, que esta aportación económica sirva para aliviar la pobreza de quienes la reciben. Más aún si el zakar se emplea en un negocio que puede solucionar de manera más estable la situación de quien lo percibe.
El ZAKAT:Un derecho en relación con el dinero;
Si el dinero sobre el que recae la obligación de ofrecer el zakat es sustraído o se pierde tras haber accedido a la cantidad que convierte el zakat en un precepto obligatorio pero antes de haber sido ofrecido éste, se considera a la cantidad que constituye el zakat como un depósito de dinero ajeno y, por ello, está sujeto alas prescripciones legales que rigen para los depósitos ajenos. Es decir que si el robo, la lapérdida del dinero se han producido por negligencia del responsable del mismo, debe responder por ello y entregar a los pobres el zakat que les corresponde. Si no hubiera habido negligencia en ello por su parte, entonces no lo considera responsable por la pérdida o sustracción del dinero. Y , por tanto, no está obligado a entregar el zakat de ese dinero sustrído o perdido.
Si el rresponsable de ofrecer el zakat muere antes de entregarlo, el montante del zakat deber ser añadido a la suma de las cantidades que se deducen de la herencia que deja tras de sí en concepto de deudas. Es decir que el zakat (como lo son las deudas del difunto) debe restarse del dinero que ha quedado en herencia con anterioridad al reparto de ésta entre los herederos.
¿En qué es obligatorio ofrecer el zakat?
Por aquellos bienes poseídos o adquiridos que reúnen dos requisitos fundamentales:
-La base imponible, es decir, la cantidad mínima de riqueza cuya posesión se considera indispensable para que la obligatoriedad del zakat sea efectiva.
-El cumplimiento del término temporal que hace obligatorio el zakat sobre los bienes poseídos o adquiridos, y que, en este caso, es el trancurso completo de un año lunar(que equivale a once meses solares y medio).
"COMED DE SUS FRUTOS CUANDO MADUREN Y, CUANDO COSECHÉIS, DAD A LOS POBRES LA PARTE QUE CORRESPONDA. Y NO DERROCHÉIS LOS DONES DE DIOS: !CIERTAMENTE, ÉL NO AMA A LOS DERROCHADORES!" Corán.
Fuente: Islam Clemencia
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lunes, 15 de febrero de 2010

Sourat Al Fayr

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Tafsir وَنَزَعۡنَا مَا فِى صُدُورِهِم مِّنۡ غِلٍّ إِخۡوَٲنًا عَلَىٰ سُرُرٍ۬ مُّتَقَـٰبِلِينَ (٤٧)


Una explicación del verso:
وَنَزَعۡنَا مَا فِى صُدُورِهِم مِّنۡ غِلٍّ إِخۡوَٲنًا عَلَىٰ سُرُرٍ۬ مُّتَقَـٰبِلِينَ (٤٧)
“Y Nosotros removeremos de sus pechos cualquier sentido de injuria, luego ellos serán como hermanos encarándose uno a otros sobre divanes” (Surah Al-Hiyr:47)
Al-Hafith Ibn Kathir dice en su Tafsir con respecto a este verso:
Said reporta en su Tafsir: Ibn Fudalah nos narró de Luqman, de Abi Umamah que él dijo: “El creyente no entrará al Paraíso hasta que Alláh aleje de su corazón aquello lo cual estaba en él por vía del rencor”.
Esto es lo que está acordado para aquello lo cual es encontrado en el Sahih de3l reporte de Qatadah: Abul Mutawalik an-Nayi nos narró que Aba Said al-Khudri les narró que el Mensajero de Alláh dijo:
“Los creyentes serán salvados del fuego, así que ellos vendrán a un puente arqueado entre el Paraíso y el Fuego del Infierno; así que a algunos de ellos les será dada la retribución de otros, sobre las opresiones, las cuales han ocurrido entre ellos en la Dunya hasta que ellos se vuelvan purificados y limpios de eso, entonces a ellos les será dado el permiso para entrar en el Paraíso”.
Ibn Yarir dijo que Al-Hasan bin Muhammad nos narró diciendo que Abu Muawiyah ad-Darir nos narró diciendo que Abu Malik al-Ashyai nos narró diciendo que Abu Habibah el Mawla de Talhah (Ibn Ubaidilah) dijo: “Imrán bin Talhah fue con Ali (bin Abu Talib) (رضي الله عنه) después de que había terminado la batalla del Camello, así que él (Ali) se alegró al verlo y dijo: “Efectivamente yo espero que Alláh me haga a mí y a tu padre de entre aquellos acerca de quienes El ha dicho:
“Y Nosotros removeremos de sus pechos cualquier sentido de injuria, luego ellos serán como hermanos encarándose uno a otros sobre divanes”.
Él continuó: Así que dos hombres quienes estaban sentados sobre una alfombra dijeron: “Alláh es más justo que eso, ayer ellos estaban matándose uno a otro y aún así ellos se van a volver hermanos”; así que Ali (رضي الله عنه) dijo: “Salgan de aquí”. Y fueron desterrados a la más lejana y más remota porque ¿quiénes son ellos si ellos no somos yo y Talhah?”. Abu Muawiyah menciona el hadith en su extensión completa.
Waki reporta de Aban Ibn Abdillah al-Bayali de Nuaym bin Abi Hind de Ribi bin Kharash de Ali, lo similar a esta (narración) y él dijo en ello: “así que un hombre de Hamdan se levantó y dijo: “Alláh es más justo que el Amir al-Muminin”. Así que Ali pronunció un llanto tal que yo pensé que el castillo en el que estábamos se iba a colapsar debido a ello, entonces él dijo: “Si no seremos nosotros, entonces ¿quiénes son ellos?”.
Said bin Masruq dijo de Abi Talhah, y en ello él menciona: “Así que Al-Harith al-Awar dijo lo similar a esa (declaración); así que Ali se levantó hacia él y lo golpeó con algo que estaba en su mano y luego dijo: “¿Entonces quienes más son ellos, lisiado, si ellos no somos nosotros?”.
Sufyan ath-Thawri narra de Mansur bin Ibrahim quien dijo: “Ibn Yurmuz, aquel quien mató a (Abdullah) Ibn az-Zubair vino y pidió permiso para ver a Ali (رضي الله عنه), así que Ali lo mantuvo esperando por un largo tiempo, así que él (Ibn Yurmuz) entonces le dijo: “Como para la gente de las tribulaciones, tú te has limpiado de ellos (desembarazado de ellos)”. Así que Ali dijo: “Que tu boca se llene con arena; efectivamente yo espero que yo y Talhah y az-Zubair seamos de entre aquellos acerca de quienes Alláh dijo:
“Y Nosotros removeremos de sus pechos cualquier sentido de injuria, luego ellos serán como hermanos encarándose uno a otros sobre divanes”.
Sufyan bin Uyainah dijo de Israil, de Abi Musa quien escuchó a al-Hasan al-Basri decir que Ali dijo: “Por Alláh, nos era concerniente (a la gente de Badr) que este verso fue revelado:
“Y Nosotros removeremos de sus pechos cualquier sentido de injuria, luego ellos serán como hermanos encarándose uno a otros sobre divanes”.
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sábado, 13 de febrero de 2010

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jueves, 11 de febrero de 2010

Para no lamentarnos en el Más Allá


La gente es creada con muchas debilidades e imperfecciones. A través de su vida, nos olvidamos de muchas cosas y cometemos incontables errores. Sin embargo, a través del arrepentimiento, el cual es un gran favor dado por Allah, es siempre posible en este mundo corregir nuestros errores.
De verdad, este mundo ha sido creado con este propósito: somos entrenados, puestos a prueba y purificados de nuestros errores en este mundo. Si podemos lamentarnos profundamente de nuestros errores o de cómo hemos conducido nuestra vida. Sin embargo, es siempre posible pedir por este arrepentimiento. Después de vivir este lamento, podemos pedir por el arrepentimiento y esperar por el perdón de Allah.
En el Corán, Allah, da las buenas nuevas de que Él perdonará cualquier pecado que hayamos hecho si nos arrepentimos sinceramente. Allah, conoce nuestros más profundos pensamientos y cada palabra que nos quedamos adentro de nosotros. Él sabe si somos sinceros o no. Allah, en el Corán, describe Su cercanía con sus sirvientes:
“Vuestro Señor, conoce bien vuestros pensamientos. Si sois justos… Él es indulgente con los que se arrepienten sinceramente.” (Corán 17: 25).
Otro asunto importante sale a la superficie; después de la muerte, no es posible poder enmendar los errores y pecados cometidos en este mundo. Así que no debemos perder ni un momento. Los minutos pasan en un abrir y cerrar de ojos y con estos cada momento que pasa, nos acercamos a la muerte. Además, nunca podremos saber cuándo la muerte nos confrontará. Su fecha, hora y minuto nunca podrá saberse. Ciertamente moriremos algún día y daremos cuentas de nuestras obras en presencia de Allah.
Por esta razón, el hombre siempre debería de tener en cuenta que puede morir pronto. Si no se quiere lamentar en el Más Allá, deberá reconsiderar su vida.
Si fuera el tiempo de encontrarse con los ángeles de la muerte en este momento, ¿podrías dar tu cuenta por todos los años que has pasado en este mundo?
¿Lo que has hecho hasta ahora podría ganarse el consentimiento de Allah? ¿Has sido lo suficientemente meticuloso en cumplir con los mandatos de Allah?
Una persona quizá pueda no contestar de forma afirmativa a estas preguntas. Pero si se arrepiente y sinceramente hace el compromiso absoluto de vivir para ganarse el buen placer de Allah, entonces podrá esperar el perdón de Allah.
Debemos buscar refugio en Allah, Quien es al-Ghaffar (El Perdonador, Él es El Todo Perdonador), al-Halim (Él que es clemente) y al-Tawwab (El que acepta el arrepentimiento). Allah, dará su recompensa sin dudarlo a aquellos que preserven y volteen frecuentemente hacia Él. Él ciertamente perdonará a Sus sirvientes que tienen fe y que hicieron sus buenas obras acorde a lo mejor que pudieron hacer. En otro verso, esta gran unión se dice como sigue:
“Lo que vosotros tenéis se agota. En cambio, lo que Allah tiene perdura. A los que tengan paciencia les retribuiremos, sí, con arreglo a sus mejores obras. Al creyente, varón o hembra, que obre bien, le haremos, ciertamente, que viva una vida buena y le retribuiremos, sí, con arreglo a sus mejores obras.” (Corán 16: 96-97)
Que nunca se nos olvide que en cualquier momento cualquiera de nosotros puede morirse y estar lleno de lamentos, y no tener la oportunidad otra vez de corregir las cosas erróneas cometidas en esta vida. Por esta razón, no debemos de perder tiempo en pedir arrepentimiento a Allah y vivir de acuerdo a sus mandatos. Esta es la única manera de un sirviente ante Allah de tener su misericordia y amor. Este es otra vez el único camino para llegar al Paraíso, la eterna gracia que Allah tiene preparada para Sus verdaderos creyentes. Responde a tu Señor antes de que el Día venga de Allah que no podrá ser vuelto atrás. En ese día no tendrás lugar para esconderse y ningún caso de que negación. (Corán 42:49)
Fuente: Islam en Linea
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miércoles, 10 de febrero de 2010

Conozca al Profeta Muhammad


“Empecé a mirarlo a él y luego a la luna, él estaba usando un manto rojo, y me parecía más hermoso que la luna.” (Al-Tirmidhi)
Así es como Yabir Ibn Samura describió al Último de los Profetas, el Jefe de los píos, el Príncipe de los Creyentes, el Escogido del más Misericordioso - Muhammad, el Mensajero de Dios.
Tenía una cara agradable, redonda, blanca y de justas proporciones. Su cabello le caía hasta los lóbulos de las orejas. Su barba era espesa y negra. Cuando estaba contento, su cara se iluminaba. Su risa era la más agradable. Sus ojos eran negruzcos, y sus pestañas eran largas. Sus cejas estaban curvadas. ¡Cuando los ojos de Abdullah Ibn Salam, el rabino principal de Medina, se encontraron con su cara, declaró que una cara tan noble no podría ser la cara de un mentiroso!
Era de altura media, ni alto ni bajo. Usaba unas sandalias de cuero oscuras. Vestía con sencillez.
En su espalda, hacia el hombro izquierdo tenía la marca de la profecía. Era del tamaño del huevo de una paloma con manchas como lunares. Las palmas de sus manos eran más suaves que la seda.
Se lo reconocía por su fragancia cuando se acercaba aún desde una cierta distancia. Las gotas de su transpiración eran como perlas. ¡Sus compañeros usaban su sudor para mezclarlo con sus perfumes y hacerlos fragantes más aun!
La doctrina islámica sostiene si alguien ha sido bendecido con la visión del Profeta en un sueño, entonces realmente lo ha visto.
El Profeta permanecía en silencio por períodos largos de tiempo, no era verborrágico.
Cuando hablaba, decía sólo la verdad en una voz que agradaba a los oídos. No hablaba rápidamente como tantas personas hacen hoy; más bien hablaba con un discurso claro para que aquéllos que se sentaban con él pudieran recordarlo. Su discurso fue descrito por ser tal que cualquiera que deseó recordar sus palabras pudiera hacerlo muy fácilmente. Sus compañeros nunca lo describieron como un ser común ni indecente. Nunca maldijo ni insultó. Era dulce al hablar aún si debía reprochar algo.
La conducta más odiosa para él eran los malos modales. A veces repetía dos veces lo que estaba diciendo, para permitirles a los oyentes entenderlo bien, a veces lo repetía hasta tres veces. Él daba sermones cortos. Mientras decía los sermones sus ojos se ponían rojos, su voz subía de tono, y sus emociones se hacían visibles como si estuviera advirtiendo un ataque inminente del enemigo.
Llevó una vida simple sin ninguna extravagancia o lujo. Puso la vida mundana fuera de sus objetivos. ¡Él consideró mundo como una prisión, y no el Paraíso! Si hubiera deseado, podría haber tenido todo lo material, porque las llaves de los tesoros de este mundo se le ofrecieron, pero él se negó a aceptarlos. No intercambió su porción de la vida del más allá por la vida mundana. Supo siempre que el hombre en este mundo es un viajero, este mundo no es una residencia permanente. Entendió cabalmente que es una estación del tránsito hacia la última morada, no un parque de ocio. Dio a este mundo su valor real - una nube de verano que se dispersaría pronto.
Dios dice que Él lo enriqueció de la pobreza:
¿Y no te encontró necesitado, y te dio lo suficiente? (Corán 93:8)
Aisha, su esposa, dijo:
“Llegaba a pasar un mes sin que la familia de Muhammad encendiera fuego en su casa”. Ellos subsistían con dos cosas: dátiles y agua. Algunos residentes de Medina que eran sus vecinos le enviaban leche de oveja, que él bebía y compartía con su familia.” (Sahih Al-Bujari, Sahih Muslim)
¡Ella nunca se quejó de que la familia de Muhammad comió solo pan de cebada en pocas cantidades por varios días consecutivos desde el tiempo de su llegada a Medina hasta que él falleciera, es decir, aproximadamente 10 años!
Con todo esto, él se ponía de pie en el medio de la noche para ofrecer su gratitud a su Señor en la oración. ¡Oraba tanto tiempo que sus pies se hinchaban! Cuando sus esposas le preguntaban que por qué rendía tanto culto a Dios, su única respuesta era:
“¿Acaso yo no debo ser un siervo agradecido de Dios?” (Sahih Al-Bujari, Sahih Muslim)
¡Omar, uno de sus compañeros, recuerda los días en que pasó tanta hambre que a veces el Profeta no tenía ni dátiles podridos para satisfacer su apetito!
Abdullah Ibn Masud, otro compañero y testigo de estos hechos, dice que una vez, cuando Muhammad despertó del sueño, le quedaron en su cuerpo las marcas de la estera de hojas de palma ásperas sobre la que él dormía. Abdullah se quejó:
“¡Mi padre y madre sean tu rescate! ¿Por qué no nos permitiste preparar algo (más suave) para ti, así podrías haber descansado mejor?”
Él contestó:
“Yo no tengo nada que hacer con este mundo. Estoy en este mundo como un jinete que se detiene bajo la sombra del árbol durante un tiempo corto y, después de tomar un descanso, continúa nuevamente su jornada, dejando atrás el árbol.” (At-Tirmidhi)
Los conquistadores, generalmente son recordados en la historia como personas que hicieron correr ríos de sangre y erigieron pirámides de cráneos. Muhammad, es conocido por su piedad. Nunca tomó venganza contra nadie de entre las muchas personas que lo intentaron dañar. Hasta tal punto siguió esta conducta de perdonar a sus enemigos, que nunca golpeó a nadie con su mano, ni a una mujer ni a un sirviente, solamente luchó en el campo de batalla. Su misericordia pudo palparse el día que él entró en La Meca como libertador después de ocho años de destierro.
Él perdonó a aquéllos que lo persiguieron, y forzaron a él y su familia en el destierro durante tres años donde vivió con los suyos en montañas escabrosas porque sus perseguidores lo habían acusado de ser un loco, un poeta, o un poseso. Él perdonó a Abu Sufian, uno de sus peores enemigos, uno de los que trataron de perseguirlo día y noche. También perdonó a Hind, esposa de Abu Sufian, quién mutiló el cuerpo muerto del tío musulmán del Profeta y se comió el hígado crudo después de pedir a Wahshi, un esclavo feroz conocido por sus habilidades luchadoras, que lo matara. El perdón del Profeta y su noble misericordia entonces llevaron a Abu Sufian y a Hind a aceptar el Islam. ¿Qué otra persona pudo haber estado más en contra del Mensajero más noble y más verdadero de Dios? Y sin embargo ambos aceptaron su profecía y el Islam, conmocionados por la piedad de Muhammad.
Wahshi que vivía en La Meca ganó su libertad por el servicio de matar al tío del Profeta. Cuando el Islam conquistó La Meca, Wahshi huyó fuera de La Meca a Taif. Pero en poco tiempo Taif también se rindió a los musulmanes. Le dijeron que Muhammad perdonaría a cualquiera que aceptara el Islam. Aunque su crimen era tan grande, Wahshi reunió valor y fue al Profeta de la Misericordia y anunció su Islam, y Muhammad, que Dios le de la paz, lo perdonó.
Su perdón incluso se extendió a Habbar Ibn Aswad. Cuando Zaynab, la hija del Profeta, estaba emigrando de La Meca a Medina, un grupo de hombres intentó detenerla, Habbar era uno de ellos. Él empujó a la hija embarazada del Profeta de su camello y ella cayó al suelo. Como resultado, ella perdió a su bebé. Queriendo librarse de la culpa de su crimen, Habbar huyó a Persia, pero Dios le volvió su corazón hacia el Profeta. ¡Así que fue a la asamblea del Profeta, reconoció su culpa, dijo el testimonio de fe, y obtuvo el perdón del Profeta!
Muhammad, (la paz y las bendiciones de Dios sean con él), realizó milagros físicos con el permiso de Dios. Por él se partió la luna en dos mitades. Él viajó en una noche de La Meca a Jerusalén montado en un ser celestial en una jornada mística conocida como Mi'raay, este ser, al-Buraq, lo llevó a dirigir a todos los Profetas en la oración, y luego ascendió más allá de los siete cielos para encontrarse con su Señor. Él curó enfermos; los demonios dejaron a los poseídos por su orden, el agua fluyó de sus dedos, y multiplicó la comida de la gente.
Aún así, era el más humilde de hombres. Se sentaba en la tierra, comía sentado en el suelo, y dormía sobre una estera en el suelo. Un compañero narró que si un extraño entraba en una reunión dónde él estaba presente, no podría diferenciar al Profeta de sus compañeros debido a su humildad. Anas, su sirviente, juró que en sus nueve años de servicio, el Profeta nunca lo castigó o lo culpó de algo. Aquéllos alrededor de él describieron a Muhammad como un ser muy humilde y temeroso de Dios. Él auxiliaba al débil, visitaba al enfermo y asistía a las procesiones fúnebres. Permanecía en la retaguardia de las caravanas para ayudar al débil y orar con ellos. No dudaba en caminar con una viuda o una persona pobre hasta que hubiera conseguido cumplir con sus necesidades. Atendió a la invitación de un esclavo, no comiendo más que pan de cebada con él.
Era el mejor hombre para su esposa. Aisha describió cuán humilde era:
“Estaba ocupado pero ayudaba en los quehaceres de la casa, y cuando el tiempo de la oración llegaba, realizaba la ablución y se iba a orar. Él remendaba sus propias sandalias y cosía sus propios vestidos. Era un ser humano común, ordeñaba su oveja y hacía sus propios quehaceres.” (Sahih Al-Bujari)
Así era el Profeta noble de Dios que nosotros debemos amar más de nuestros propios egos y quien Dios ha descrito como:
“VERDADERAMENTE, en el Enviado de Dios tenéis un buen ejemplo para todo aquel que tiene puesta su esperanza [con anhelo y temor] en Dios y en el Último Día, y que recuerda mucho a Dios.” (Corán 33:21)
Fuente: Islam Religión
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martes, 9 de febrero de 2010

Madrassat Al Coraani

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Disculparse es una modal del Islam

Disculparse es un modal islámico que ayuda a combatir la arrogancia propia y anula la envidia o el resentimiento que otros puedan tener por uno. Disculparse también previene que los demás se opongan a uno o piensen mal de uno cuando se hace algo que parece impropio o errado.
A pesar de que pedir disculpas es, en este sentido, bueno, uno debe evitar en lo posible hacer cosas que le obliguen a pedir disculpas. El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dio a Abu Aiub Al Ansarí un breve consejo, le dijo: “Nunca digas algo que te obligue luego pedir disculpas”. [Ahmad e Ibn Mayah. Al Albani: Hasan]
De todas maneras, quien comete un error debe recordar lo que dijo el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam: “Toda persona perseverante llega a cometer errores, y toda persona sabia intenta varias opciones”. [Ahmad. At-Tirmidhi: Hasan.
Así pues, la modestia consiste en que uno no sea demasiado orgulloso para reconocer sus faltas. Admitir la propia culpa es mucho mejor para el corazón y es más meritorio de ser disculpado. Todos recordamos que la sinceridad fue la causa de que se aceptara el arrepentimiento del noble Sahabi Ka’b Ibn Malik, Al-lah Esté complacido con él. Él le dijo al Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam: “Si estuviese frente a otro que no fueras tú, me habría salvado de su ira inventándome una excusa; pero, por Al-lah, yo no tengo excusa alguna…” [Ahmad, Bujari y Muslim]
Admitir los errores propios no debería ser una causa para sentirse disminuido. El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, pensó que la polinización artificial de las palmeras datileras era innecesaria y aconsejó a sus Sahabah, que Al-lah Esté complacido de todos ellos, que no lo hicieran. Después, dijo: “Si la gente halla que la polinización artificial es beneficiosa, dejadlos que lo hagan. Lo que dije antes era una hipótesis. No me toméis a mal por mi hipótesis”. [Muslim]
No basta con que uno se disculpe cuando falla. Frecuentemente, una disculpa debe incluir también una aclaración de la situación o una explicación de nuestras intenciones. Después de la conquista de La Meca, los ansaríes pensaron que el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, preferiría vivir junto a los de su tribu en La Meca. Por ello, algunos dijeron: “Este hombre (el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam) extraña su pueblo natal y se inclina por vivir con su gente”. El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “¡No! Yo soy el siervo de Al-lah, el Todopoderoso, y yo emigré a vosotros en la causa de Al-lah, el Todopoderoso. Yo viviré y moriré entre vosotros”. Entonces, los ansaríes lloraron y se disculparon. Explicaron que ellos dijeron tal cosa solo por su deseo inmenso de que él se quedara entre ellos. El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, les dijo: “Al-lah, el Todopoderoso, y Su Mensajero os creen y aceptan vuestras disculpas”. [Muslim y Ahmad]
Las personas cuyos modales incluyen la costumbre de disculparse sienten vergüenza de que lo que ellos consideran una negligencia de su parte sea expuesto públicamente. Ibn ‘Umar, que Al-lah Esté Complacido con él, dijo que una vez él y otros participaron de una escaramuza en la que fueron derrotados. Se sintieron tan avergonzados que retornaron secretamente a Medina y se escondieron. Luego se dijeron: “¿Qué tal si vamos ante el Profeta y nos disculpamos?” Así pues, se presentaron ante él y dijeron: “Nosotros somos los que huimos”. El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, los consoló y les dijo: “No, vosotros sois los que vuelven al combate luego de haberse replegado, y yo soy el grueso del ejército musulmán”. [Ahmad, Abu Dawud y At-Tirmidhi]
Si alguien aconseja a otro hacer una obra de bien, el otro debe aceptar el consejo y disculparse por no haberlo hecho antes, si es que hubo una excusa. Salim Ibn ‘Abdullah, que Al-lah Esté Complacido con él, nos relató que una vez aconsejó a un joven, cuya ropa estaba bajándose más de la cuenta, diciéndole: “Levanta tu izar (faldilla)”, y el joven se excusó diciendo: “Se me baja siempre pues es de lino”. [Ahmad]
Así pues, el joven explicó que él no bajaba intencionalmente su izar por vanidad, sino que este se bajaba solo por la naturaleza del material del que estaba diseñado. Así es como un musulmán debe actuar para defenderse de malos pensamientos y demostrar su inocencia si es que es inocente.
Esto mismo nos dice un hadiz donde Abu Musa Al Ash’ari, que Al-lah Esté Complacido con él, nos relata que algunas personas de su tribu le pidieron que los acompañara ante el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam. Abu Musa, que Al-lah Esté Complacido con él, ignoraba cuáles eran las intenciones de ellos y se vio muy incomodado cuando vio que ellos le pedían cargos de autoridad al Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam. Parecía, pues, como que Abu Musa, que Al-lah Esté Complacido con él, había ido a interceder por tales personas y eso le hizo sentirse muy avergonzado. Él diría luego: “Pedí disculpas al Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, y él las aceptó”. [Ahmad y An-Nasa’i]
Pedir disculpas era una característica destacada de la generación de los Sahabah, que Al-lah Esté Complacido con todos ellos. El Imam Ahmad nos relató que “…‘Uzman Ibn ‘Affan reprendió a Ibn Mas’ud por algo que le habían informado de él. Le dijo: ‘¿Vas a evitar las cosas que me informaron de ti?’, e Ibn Mas’ud se disculpó…” [Ahmad]
Uno puede recurrir también a las disculpas para refutar una objeción o un alegato. Esto fue, claramente, lo que hizo el Emir de los creyentes, ‘Umar Ibn Al Jattab, cuando tuvo que explicar a la gente por qué había destituido a Jalid Ibn Al Walid; dijo: “Y os pido disculpas por haber destituido a Jalid Ibn Al Walid…”. Sin embargo, uno de los presentes no aceptó sus excusas y dijo: “‘Umar Ibn Al Jattab, por Al-lah, que no estás disculpado”.
A veces, uno puede pensar que debe ser algo estricto y algunos pueden pensar que se es rudo o torpe. En tales casos, es necesario explicar por qué se actuó de forma estricta para evitar deducciones erradas. El Imam Ahmad nos relata que Hudhaifah pidió a alguien de la Gente del Libro que le trajera agua. Este le trajo el agua en un recipiente de plata, entonces Hudhaifah le lanzó el recipiente. Hecho esto, se dio vuelta y se excusó con sus amigos diciendo: “Le lancé el recipiente intencionalmente, pues yo ya se lo había prohibido antes y le había dicho que el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, nos prohibió usar brocados, seda y recipientes de oro o plata”, y siguió explicándoles que, como el hombre ya sabía que era prohibido para los musulmanes beber en recipientes de oro o plata y había reincidido en tal conducta, el vio necesario actuar de forma drástica.
Todos estos buenos modales son para proteger a la comunidad musulmana de los malos pensamientos y para evitar los intercambios de acusaciones que, si están firmemente arraigadas en los corazones, harían inútiles las disculpas. Cuando ‘A’ishah, que Al-lah Esté Complacido con ella, fue maliciosa y falsamente acusada de adulterio, ella dijo: “¡Por Al-lah! Si os juro no me creeréis, y si me excuso (con pruebas que justifiquen mi conducta) no aceptaríais mis excusas”. [Bujari]
Si un hermano musulmán vence su orgullo y viene a disculparse, uno debe vencer su propio orgullo y aceptar sus disculpas. Ibn Al Qaiem, que Al-lah le Dé Su, consideraba el aceptar las disculpas ajenas como una señal de humildad. Dijo en este sentido: “…si alguien es rudo con otra persona y luego va y se disculpa con ella, pues la otra persona, por modestia, debe aceptar sus disculpas. Es signo de modestia y nobleza evitar discutir con el otro aunque vea que sus argumentos son débiles”.
Aceptar con buen talante las disculpas y dando prioridad al perdón hace que la gente se anime a disculparse. De otra manera, la gente insistiría en lo errado y se negaría a reconocer sus faltas y pedir disculpas.
Así pues, si una persona comete una falta para con otra y luego va y le pide disculpas, pues la segunda persona debe aceptarlas y perdonarlo, para no perder así una buena relación mutua.
Fuente: Islam web

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lunes, 8 de febrero de 2010

JUTBA Hacer el bien a los padres


La alabanza pertenece a Allah, a Él le alabamos, a Él nos volvemos, a Él le pedimos perdón, a Él le pedimos que nos guíe, en Él creemos, en Él nos confiamos y buscamos refugio en Allah del mal del susurro de nuestras almas y del mal de nuestras propias acciones. Aquel a quien Allah guía no hay quien lo extravíe y a quien extravía no encuentra guía. Testifico que no hay mas dios que Allah, solo y sin asociado y testifico que Muhammad es Su siervo y Mensajero que fue enviado con la guía y el din de la verdad para que prevalezca sobre todos los demás aunque esto disguste a los asociadores.
Dice Ensalzado sea: : “Tu Señor ha ordenado que sólo Lo adoréis a El y hagáis el bien con los padres. Y si a alguno de ellos, o a los dos juntos, les llega la vejez junto a ti, no les digas “uff” ni los rechaces, sino que háblales con buenas palabras. Baja sobre ellos el ala de la humildad que viene de la misericordia y di : ¡Señor mío! Ten piedad de ellos, al igual que ellos me criaron cuando era pequeño.” (17;23), al Principio de la sura de Al Isra (el viaje nocturno) Allah habla del gran milagro del viaje nocturno que hizo el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), este viaje que se parece mucho al mundo de la Ultima Vida; en este viaje hizo la ascensión a los siete cielos, luego al Paraíso, y vio muchas cosas; la sura habla también de los relatos de los hijos de Israel, de la resurrección, del Día de rendir cuentas, de la destrucción de las comunidades anteriores, de la recompensa el Día del Levantamiento, y después Allah hizo diez encomendaciones que dibujan el camino de los musulmanes, y son la salvación, empezando por: “Tu Señor ha ordenado que sólo Lo adoréis a El y hagáis el bien con los padres”, es una orden, la primera cosa es adorar a Allah, se relata en un hadiz correcto que el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “¿Queréis que os informe del más grande de los pecados mayores? Es asociar alguien o algo a Allah”, que Allah nos refugie de esto, después de esto viene el desobedecer a los padres, “Es asociar alguien o algo a Allah, desobedecer a los padres. Y al tiempo que enderezaba su postura, prosiguió: testificar en falso, testificar en falso” (Relatado por Muslim y Bujari), este hadiz te enseña el asunto de los padres, es algo conocido por muchos musulmanes, pero desafortunadamente escuché estos días, que a algunos padres, sus hijas los denunciaron delante de la policía, es una desgracia. Puede ser que aquellos no escuchan la jutba ni la verán, pero el problema empieza desde nosotros, desde nuestra educación, por esto trataremos el asunto desde este lado.
Allah, Altísimo sea, nos ordena “Tu Señor ha ordenado que sólo Lo adoréis a El y hagáis el bien con los padres”, hacer el bien a los padres, quiere decir que tus hijos después harán el bien contigo, lo sabios cuentan que había un hombre que buscaba el hombre que más bien hacia a sus padres, y el que más les desobedecía, que Allah nos refugie, después de haber recorrido muchos países, encontró al que más desobedecía a sus padres , encontró un hombre que arrastraba un hombre viejo con una cuerda gorda, y de vez en cuando le pegaba fuerte a su espalda, pensó que trabajaba para él, le dijo: “ten un poco de compasión, le estas arrastrando con una cuerda gorda, es un hombre mayor y débil, y lo estas pegando a la espalda y está sangrando” dijo este hombre: “Es mi padre” le dijo: “¿Tu padre?....”y empezó a hacer reproches, este hombre le respondió: “No te apresures, así él hacía con sus padres, mi abuelo también, y mi bisabuelo....” es decir que era una costumbre, si una persona desobedece a sus padres, sus hijos le desobedecerán; después este hombre encontró un hombre que llevaba en el cuello una cesta donde había dentro un hombre muy mayor, como si fuera una gallina de tan mayor que era, preguntó al que lo llevaba quien era, y le respondió: “es mi padre, le quiero hacer tanto el bien que no le puedo dejar solo, estando tan mayor”, lo llevaba al cuello...., dijeron los que estaban sentados por allí: “Así este mismo hombre mayor hacía con su padre”, hizo el bien a su padre, y su hijo hace el bien con él de la misma forma, iba por todo con él, por miedo a que desee algo y su hijo no este con él.
Dice Ensalzado sea: “Y si a alguno de ellos, o a los dos juntos, les llega la vejez junto a ti, no les digas “uff””, el conocimiento de Allah abarca todas la cosas, y sabe que es difícil para ti cuando tu padre es un hombre mayor, por esto empezó diciendo: : “Y si a alguno de ellos, o a los dos juntos, les llega la vejez junto a ti,” ten cuidado y “no les digas “uff””, cuidado con decir a tu padre mayor o tu madre mayor, la palabra más simple: Uff, y sabéis que este uff lo decimos para cualquier cosa, y este uff es ilícito delante de tus padres, “no les digas “uff” ni los rechaces, sino que háblales con buenas palabras. Baja sobre ellos el ala de la humildad que viene de la misericordia”, mucha humildad, “y di : ¡Señor mío! Ten piedad de ellos, al igual que ellos me criaron cuando era pequeño.”, acuérdate que estabas en el vientre de tu madre, y eras pequeño en los brazos de tu madre, nadie te cuidaba a parte de ella, ella no duerme sin que tu te hayas dormido, si por la noche te despiertas sufriendo de algo, la primera que se despierta contigo es tu madre, por esto Allah te le recuerda diciendo: “y di : ¡Señor mío! Ten piedad de ellos, al igual que ellos me criaron cuando era pequeño.”, no te olvides que siendo niño te educaban, te cuidaban, te amaban, no dormían hasta que tu dormías, los padres hacen un gran trabajo, dice Allah: :“Y hemos encomendado al hombre que haga el bien a sus padres. Su madre lo llevó en el vientre con fatiga, y con fatiga lo parió” (46;15), el embarazo es muy duro, cuando la persona se llena no puede dormir, fíjate cuando es una persona que vive dentro, desde los cuatro meses ya es una persona viva que se mueve dentro, si tu no podrás aguantar estar muy lleno, sin embargo esta pobre mujer aguanta esta persona durante nueve meses, cinco de los cuales es una persona completa que vive y que se mueve, :“Su madre lo llevó en el vientre con fatiga”, vive de su sangre, los médicos dicen que cuando la madre come, el niño coge los nutrientes primero, antes que ella misma, “Su madre lo llevó en el vientre con fatiga, y con fatiga lo parió”, parir a veces es la muerte, a veces la mujer se muere dando a luz, es muy duro; “durante su embarazo y la lactancia treinta meses. Y al alcanzar la madurez...”, y no es solamente esto, sino que le quedan todavía dos años de lactancia, de limpieza, de enfermedades, de despertase por la noche..., piensa en esto, después de esto es la niñez, la escuela... pero el ignorante no da importancia a esto y grita a sus padres como si no le hubieran hecho nada de esto.
“Y al alcanzar la madurez, tras haber llegado a los cuarenta”, aquí hay dos clases de personas hay los que dicen: “Dice: ¡Señor mío! Infunde en mí que te agradezca el beneficio con el que me has favorecido a mí y a mis padres y que lleve a cabo buenas acciones que sean de Tu agrado; y haz mi descendencia recta. En verdad a Ti me vuelvo y soy de los sometidos. Esos son a los que se le aceptará lo mejor que hayan hecho y se les pasarán por alto las malas acciones que hayan cometido; junto a los compañeros del Jardín. Promesa verídica que se les ha hecho.”, y la otra persona es la que dice: “ Y el que le dijo a sus padres: ¡Uf!”, a este su morada esta clara: el Infierno, muchas ayats nos encomienda hacer el bien a los padres. Pero si no damos importancia a estas encomendaciones, el viento se los llevará, hemos dicho que el asunto empieza por ti, ¿cómo es esto? Pues, muchas personas me dicen: mi hija me ha denunciado a la policía, pero la culpa no es solamente de esta hija, tal vez esta hija no escucha esta jutba, ni siquiera lee, porque se ha educado lejos de todo esto, lo que tienes que hacer es dar una buena educación a tus hijos, educarles mientras son niños, enseñarles la religión, el bien, el buen comportamiento..., no pienses que basta con que te levantes a las siete de la mañana, vuelvas por la noche, tu estas en un lado y ellos en el otro, estarán así en las manos de cualquier persona, puede que serán desobedecientes, desviados, de los de la droga..., no sabes nada de ellos, ya que no los has educado, sobre todo si la madre también descuida, los dos padres trabajan, al mismo tiempo tratan mal a los hijos, pegándoles, y... pegar no sirve de nada..., se relata en un hadiz correcto que Aicha (que Allah este complacido con ella) dijo que: “el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) no había pegado nunca a nadie”, ni a un niño, ni a una mujer, ni a un esclavo, nunca levantó la mano sobre alguien, ni siquiera a un animal, salvo en la lucha por la causa de Allah, esta es la sunna del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él); algunas personas directamente entran pegando, insultando, gritando, y vuelca todos los problemas del trabajo en los hijos y su madre, cuando llegan a los doce años, huyen de él, y esto es un resultado normal, huyen de esta casa porque para ellos es como si fuera un infierno, y harán una denuncia, no pienses que porque es tu hijo o tu hija te obedecerá, no es así, hay medios para esto; cuando vino al Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) un hombre pidiéndole que haga de testigo por una donación que queria hacer a uno de sus hijos, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), le pidió que si lo hacia con todos sus hijos, cuando este hombre respondió que no, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), se negó a testificar y le dijo: “Quieres que los demás te desobedecen? Pues si haces el bien a unos y a otros no, el resto te desobedecerán” tendrán celos, fíjate cuando los tratas mal, les pegas, los insultas, no das importancia al niño..., cuando das importancia al niño, le das una buena educación, será una excelente persona, educado, te ayudará. Le pedimos a Allah que nos guíe hacia lo que Le complace.
2ª parte de la jutba
La alabanza pertenece a Allah, a Él le alabamos, a Él nos volvemos, a Él le pedimos perdón, a Él le pedimos que nos guíe, en Él creemos, en Él nos confiamos y buscamos refugio en Allah del mal del susurro de nuestras almas y del mal de nuestras propias acciones. Aquel a quien Allah guía no hay quien lo extravíe y a quien extravía no encuentra guía. Testifico que no hay mas dios que Allah, solo y sin asociado y testifico que Muhammad es Su siervo y Mensajero que fue enviado con la guía y el din de la verdad para que prevalezca sobre todos los demás aunque esto disguste a los asociadores.
“¡Vosotros que creéis! Temed a Allah y hablad acertadamente. El hará buenas vuestras acciones y os perdonará las faltas. Y quien obedece a Allah y a Su mensajero ha triunfado con gran éxito”. “¡Vosotros que creéis! temed a Allah como debe ser temido y no muráis sin estar sometidos. Y aferraos todos juntos a la cuerda de Allah”
Quien siembra, recoge, si la educación es tan mala, el niño lo será, salvo si Allah lo guarda, y puede que tu haces todo lo que puedes pero Allah guía a quien quiere y desvía a quien quiere, si Nuh(que la paz sea con él) decía a su hijo: “¡Hijo mío! Sube con nosotros y no estés con los incrédulos. Dijo: Me refugiaré en una montaña que me liberará del agua” (11;42), este hijo no quiere ir con su padre, a pesar de que su padre era un mensajero, y lo intento todo con él; la guía, al final, esta en las Manos de Allah, tu haces lo que puedes, les educas bien, los guardas, les enseñas a hacer el bien y a obedecer siendo niños, el niño empieza a aprender desde que tiene un año, así como aprende a hablar aprende a hacer el bien, a obedecer, la tranquilidad, el buen comportamiento, a hablar bien..., pero si no ve todo esto en casa, y sus padres no le ordenan el salat, ellos no rezan, no ve sino las peleas, será también una persona que se pelea, este será el resultado obligatorio de la mala educación. No culpemos solamente a nuestros hijos cuando nos denuncian..., tenemos que cuidarlos antes de que llegan a este resultado que nadie desea, es una desgracia que nadie puede aguantar, muchas veces es el resultado de nuestra educación, por esto insistimos que el asunto está en tus manos primero, es verdad que todo está entre las Manos de Allah; pero Allah te ordenó hacer esto, te ordenó educarles, hacerles el bien y ser justo, y la igualdad entre tus hijos, porque hacer el bien solamente a uno, puede causar la desobediencia, debes tener el mismo comportamiento para todos; y no pienses que la solución está en pegarlos, ni levantarles la voz..., esta no es la solución, y no da sino desgracias, que Allah nos proteja.
De entre las grandes buenas obras, son los hijos rectos que quedan después de muerto, se relata en un hadiz correcto que cuando la persona se muere todas sus acciones se paran salvo tres, de entre estos tres: un hijo recto que suplica por él, entonces si tienes un hijo recto, esta descendencia puede continuar hasta el Día del Levantamiento, pero si dejas malos hijos, ¿será hijos rectos? Pues no, ya que no te conocen ni conocen a su padre, perderás esta buena semilla que seguirá haciendo el bien estando tu en la tumba. Esta jutba esta dirigida primero a nosotros, después a los hijos, y son pocos los hijos que la escuchan. Si das una buena educación, luchas por tus padres, sepas que el Paraíso te espera, se relata en un hadiz correcto de Abdillah Ibnu Amr Ibnu El As (Que Allah este complacido con él) dijo: “se acercó un hombre al Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y le dijo : “¡Mensajero de Allah! quisiera hacer un pacto contigo de emigrar y de luchar por Allah” , las obras mas grandes, emigrar con el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y la lucha por la causa de Allah, es decir mi alma, mi tiempo, mi riqueza, y todo esta entre tus manos,¡Oh mensajero de Allah! Le dijo el Profeta(la paz y las bendiciones de Allah sean con él) : “¿ uno de tus padres o los dos están vivos? El hombre respondió que “si, los dos están vivos”El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le dijo:“que tu lucha sea servirles”, esto es la cima de la lucha por la causa de Allah, le ordenó de hacer el bien a sus padres antes de la lucha o de cualquier otra cosa, o puede que el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) sentía que lo necesitaban..., hacerles el bien, guardarlos hasta que se mueran, después de esto, se puede dedicar a hacer otra cosa, se relata en un hadiz que Abdullah Ibnu Mesaud (Que Allah este complacido con él) dijo: “ pregunté al Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “¿cuál es la acción más querida para Allah? respondió : “el salat en su momento” le pregunté : “¿después cual?” dijo : “obedecer a los padres (hacer el bien a los padres)” le pregunté: “¿después cual?” respondió : “luchar por la causa de Allah”, estas son las obras más grandes. Hacer el bien a los padres tiene este valor, y la complacencia de Allah está relacionada con la complacencia de los padres.
Le pedimos a Allah que nos guíe hacia el bien y que nos aleje del mal.
Fuente: Islam en linea
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domingo, 7 de febrero de 2010

Nueve grandes beneficios de leer y reflexionar sobre el Corán


En el Nombre de Alláh, el Todo Misericordioso, que su Salah y su Salam sean sobre su Mensajero final; procedamos:
Efectivamente, el Libro de Alláh no es un libro como cualquier otro, ello es la eterna Palabra de Alláh, no una cosa creada, un guía de estudio para la vida y la muerte y lo que viene después. Por lo tanto, merece que la palabra de alguien más. Ello necesita que su lector retorne a las narraciones tempranas de aquellos quienes atestiguaron su revelación y oyeron su explicación por aquel delegado por Alláh para ensayar y explicar Sus Palabras a la humanidad (SAW). Porque si uno tratara de sopesar los significados de los versos sin haber hecho este estudio, entonces seguramente la asquerosidad del tiempo en que él vive y su ignorancia de la correcta aplicación y entendimiento que los primeros musulmanes tuvieron le causaría entender algunas cosas no propuestas por Alláh, el Más Alto, y por lo tanto él se desviaría, pensando en estar adorando a Alláh.
Así que cada musulmán sincero quien espera ganar el Amor de Alláh por recitar y reflexionar sobre el Libro de Alláh, entonces déjenlo aferrarse fuertemente a los significados explicados por el Profeta (SAW) y aquellos enseñados por los Compañeros y sus seguidores inmediatos, y los primeros escolares del Islam.
Sepan que recitar y sopesar sobre el Libro de Alláh, dedicando su tiempo a su estudio e implementación tiene tremendos beneficios en esta vida i en la Siguiente, así que déjenos ahora buscar solo un poco de ellos para atarnos más firmemente a las Palabras Majestuosas de Alláh. Cada beneficio se eleva como suficiente de un ánimo por sí mismo para nosotros para rehuir de cualquier flojera que tengamos y dedicarnos nosotros mismos al Corán apropiadamente.
1.- Leer y reflexionar sobre el Corán cumple un deber islámico.
Efectivamente el Profeta (SAW) resumió esta Religión con su declaración:
“La Religión es Nasihah (sinceridad)”.
Así que entonces Tamiz Ibn Aws (RA) dijo: “Nosotros preguntamos: “¿Hacia quién?”. Él (SAW) dijo:
“Hacia Alláh, SU LIBRO, Su Mensajero, los líderes de la gente y el pueblo común”[2].
La sinceridad que es debida al Libro de Alláh, como Ibn Rajab Al-Hambali dijo, inluye tener un fuerte amor por ello, honrarlo y ensalzando su gran status, afirmando que ello es el Discurso de Alláh, buscando entender sus significados, actuando por ello, siguiendo las órdenes encontradas en ello, difundiendo su correcto entendimiento, estudiándolo continuamente y tomando de las buenas maneras a las que ello anima[3].
Así que por leerlo y reflexionar sobre el Corán, uno cumple una obligación y es recompensado por ello. Sobre cumplir esta obligación, el Corán entonces se vuelve una prueba para él en el Día del Juicio. Y este es nuestro segundo beneficio que tomaremos abrazando este Noble Libro.
2.- El Corán será una prueba para nosotros en el Día del juicio.
Esto es debido a la declaración del Mensajero (SAW):
“…y el Corán es una prueba para ustedes o contra ustedes”[4]
Así que una de dos cosas ocurrirá con esta prueba, el Libro de Alláh. ¡Ello será cualquiera; en su favor, una prueba para ustedes en el Día cuando ustedes necesitarán cada acto bueno singular, o será algo que se levante contra ustedes, el Discurso de su Creador, una prueba contra ustedes! ¿Quién podrá ser salvado de los terrores del Día si el Discurso de Alláh está contra él? Piensa cuidadosamente, querido hermano o hermana, acerca de su posición on el Corán. ¿Están siendo negligente con ello, contradiciéndolo siendo descuidado de sus órdenes y prohibiciones, están pensando profundamente sobre ello? ¿Ello estará de su lado en el Día del Juicio?
¡Oh Alláh! ¡Te pedimos, por Tu Glorioso Discurso y el resto de Tus bellos Nombres y Atributos, el hacer del Corán una prueba para nosotros! ¡Oh Alláh! ¡No hagas del Corán una prueba contra nosotros en ese Día, y sálvanos del fuego del infierno!
Porque si Alláh hace al Corán una prueba en nuestro favor en ese Día, entonces ello será un gran intercesor para nosotros, cuando la NO intercesión tomara lugar excepto por Su Permiso.
3.- El Corán intercederá por nosotros en el Día del Juicio.
La prueba: Abu Umamah relata que el Profeta (SAW) dijo:
“Lean el Corán, porque verdaderamente ello vendrá sobre el Día del Levantamiento como un intercesor por sus compañeros”[5].
4.- Su estatus en esta vida será elevado.
En Sahih Muslim, nosotros encontramos una historia hermosa, acerca de un hombre de la gente prometida del Yannah, Umar Ibn Al-Khatab, y su delegado sobre Mekkah entendió esto.
Sobre la autoridad de Amir Ibn Wathilah, él dijo que Nafi Ibn Abril-Harith se encontró con Umar Ibn Al-Khatab en (un lugar llamado) Usfan. Umar acostumbraba ponerlo a él (a Nafi) a trabajar (para gobernar) sobre Makkah.
Así que él (Umar) dijo: “¿Quién te ha puesto a trabajar (gobernar) sobre la gente del Valle (de Makkah)?”. Nafi dijo: “Ibn Abza”. Umar dijo: “¿Quién es Ibn Abza?”. Nafi dijo: “Uno de nuestros esclavos liberados”. Umar dijo: “¿Así que has puesto a un esclavo liberado a cargo de ellos?”. Nafi dijo: “Verdaderamente él es un recitador del Libro de Alláh, el Altísimo y Majestuoso, y verdaderamente él es conocedor de las leyes de herencia”. Umar dijo: “Verdaderamente tu Profeta ha dicho: “Verdaderamente Alláh eleva a alguna gente por vía de este Libro y rebaja a otros por ello” “[6].
5.- Ustedes serán de la mejor de la gente.
Uthman (RA), el tercer Califa y cuarta más virtuosa persona sobre la tierra después del Profeta (SAW), Abu Bakr y Umar, dijo que el Profeta (SAW) dijo:
“Los mejores de ustedes son aquellos quienes aprenden el Corán y lo enseñan a otros”[7].
6.- Hay diez recompensas para cada letra que ustedes reciten del Corán.
Como un hadith auténtico en Sunan At-Tirmidi prueba:
“Quienquiera que lea una letra del Libro de Alláh, él tendrá una recompensa. Y sea recompensa será multiplicada por diez. Yo no estoy diciendo que: “Alif, Lam, Mim” es una letra, sino que estoy diciendo que “Ali” es una letra, “Lam” es otra letra y “Mim” es otra letra”[8].
Así que incrementen su recitación del Corán para ganar estos méritos y para ganar el siguiente mérito también.
7.- Los recitadores del Corán estarán en compañía de los nobles y obedientes ángeles.
Aishah (RA), la esposa amada del Profeta quien sostuvo su cabeza en su regazo mientras él tomaba sus últimos respiros bendecidos, relata que el Profeta (SAW) dijo:
“Verdaderamente aquel quien recita el Corán bella, calmada y precisamente, él estará en compañía de los nobles y obedientes ángeles, y como para aquel quien recita con dificultad, tartamudeando o tropezando a lo largo de sus versos, entonces él tendrá DOS VECES esa recompensa”[9].
Así que no dejen que el Shaytán les dé falsas excusas, tales como “No soy un árabe”, o “No es mi lengua”. Este hadith es una prueba firme contra estos susurros. Dedíquense ustedes mismos al Libro de Alláh, si ustedes son árabes o no. Las excusas han sido eliminadas y la vía ha sido clarificada para que ustedes abracen el Libro de Alláh sin retroceder u ofrecer excusas.
Y seguramente ustedes no vacilarán en buscar un maestro o un círculo de estudio para el Corán una vez que ustedes los últimos y tal vez más grandes beneficios de lee y contemplar sobre el Corán.
8.- El Corán los guiará al Paraíso.
El Profeta (SAW) dijo:
“El Corán es un intercesor, algo a lo que se le dio permiso de interceder y se cree rectamente en ello. Quienquiera que se pone enfrente de él, él lo guiará hacia el Paraíso, quienquiera que se ponga detrás de él, ello lo conducirá al Fuego del Infierno”].
9.- Su posición n el Paraíso está determinada por el monto de Corán que ustedes memoricen en esta vida.
Adbulaah Ibn Amr Ibn Al-As escuchó al Profeta diciendo:
“Será dicho a los Compañeros del Corán: ¡Lean y eleven (a través de los niveles del Paraíso) y embellezcan su voz como ustedes acostumbraban hacerlo cuando estaban en la Dunya! ¡Porque verdaderamente, su posición en el Paraíso estará en el último verso que ustedes reciten!”[11].
Sepan que estos nueve beneficios disponibles, pueden solamente ser obtenidos por un sincero compromiso hacia el Libro de Alláh, no por la mera declaración de una persona, “Yo amo el Corán, es bello”. Más bien el corazón debe estar sinceramente atado al Libro de Alláh y los miembros y lengua seguirán este compromiso.
Ustedes deben saber que solamente un poco de los numerosos beneficios de leer y reflexionar sobre el Corán ha sido mencionado aquí. Hay muchos beneficios que esperan su lectura en el Corán y libros de Hadith, como el capítulo del Corán que argumentará de su parte en la tumba, y esto es una cura física, una fuente de descanso y relajación de su corazón, entre muchas otras cosas. Y Alláh sabe mejor.
Fuente: Islam México


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miércoles, 3 de febrero de 2010

EL CONCEPTO DE LA IGUALDAD EN EL CORÁN


Un elemnto básico del sistema de valores del Islam es el principio de la igualdad o, mejor aún, de la equiedad. Este valor de la igualdad no debe confudirse, ni mezclarse, con la identidad o el estereotipo.
El Islam enseña que todos los hombres son iguales a los ojos de Dios, aunque no sean necesariamente idénticos. Existen diferencias de capacidades, potenciales, ambiciones, riqueza y así sucesivamente. Pero ninguna de estas diferencias puede dar pie para justificar un status de superioridad de un hombre o una raza respecto a otros. El linaje del hombre, el color de su piel, el volumen de su hacienda y el grado de prestigio de que goza, no influyen en el carácter y la personalidad del individuo, por lo que a Dios se refiere. La única distinción que Dios reconoce es la distinción en la piedad y el único criterio que aplica Dios es el criterio de la bondad y la excelencia espiritual.
Dios dicen en el Corán:
!Oh, humanos!, ciertamente, os creamos de un hombre y de una mujer y os dividimos en naciones y tribus para que os reconozcáis. Por cierto, que el más homrado de vosotros ante Dios es el más timorato; porque Dios es sapientísimo y está bien enterado (49,13c)
Las diferencias de raza, color o condición social son puramente accidentales.No influye la estatura real del hombre a los ojos de Dios. La igualdad no es tampoco simplemente cuestión de derechos constitucionales, de acuerdo entre caballeros, o de caridad condescendiente. Es un artículo de fe, que el musulmán asume seriamente y que debe respetar con toda sinceridad. Los fundamentos de este valor islámico de la igualdad se encuentran fuertemente enraizados en la estructura del Islam. Emana de principios básicos como los siguientes; todos los hombre han sido creados por el Unico y Mismo Dios Eterno, el Supremo Señor de Todo. Toda la humanidad pertenece a la raza humana y participa igualmente de la descendencia común de Adán y Eva. Dios es justo y bueno con todas sus criaturas. No es parcial ante raza, edad o religión alguna. Todo el universo es su dominio y todos los pueblos son Sus Criaturas. Todas las personas nacen iguales, en el sentido de que nadie conlleva ninguna posesión y todos mueren iguales, en el sentido de que no llevan consigo ninguna de sus pertenencias mundanas. Dios juzga a cada persona conforme a sus propios méritos y de acuerdo con sus propias obras. Dios ha otorgado al hombre, como tal, un título de honor y dignidad.
Estos son algunos de los principios intrísecos en el valor de la igualdad en el Islam. Si se utilizara plenamente este concepto, no habría lugar a perjuicios o persecuciones. Cuando este mandato divino se cumpla en su totalidad, no serán posibles la opresión ni la exclusión. Conceptos tales como pueblos elegidos y gentiles, razas privilegiadas y marginadas, castas sociales y ciudadanos de segunda clase, quedarán, todos, absueltos y sin sentido
Fuente: Islam clemencia

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lunes, 1 de febrero de 2010